martes, 16 de agosto de 2011

Algunos todavía dudan si vas a volver...

Y no. No vas a volver...


Porque nunca te fuiste. 
Siempre te quedaste acá. 
Aunque algunos dicen que te vieron por allá. Vos les dijiste algo? Les contaste que nos acordamos de ellos? Y a ella, le dijiste que llevamos su nombre en nuestras banderas? El viejo se enojó cuando se enteró de los tantos que están usando su nombre en vano? Seguro que no, porque les habrás contado de los pibes. De nosotros. Los que pasamos a saludarte por la Rosada en Octubre. Los que cantábamos, gritábamos su nombre y entonábamos su Marcha. Los que llevamos su legado encima. Y el tuyo, ahora, también.
Sabés qué? A veces nos tenemos que acordar que no estás. No te voy a mentir. No se le nota que te fuiste. A veces, por ahí, nos demuestra que te extraña. Pero sigue tal cual, eh. Dando pelea. Con ese carácter que tiene que hace que la odien sin conocerla. Su altura. Su belleza. Eso si, de vos no se olvida ni un segundo.
Nosotros tampoco.
Nos quieren hacer quedar mal. Pero no se dan cuenta que ellos, quedando bien, se están hundiendo. Pero a nosotros eso no nos importa. Cada vez nos convencemos más de que hacemos lo correcto. 
Te enteraste de lo del otro día, no?Te das cuenta cómo seguís estando? 
Si digo que volviste, es porque en algún momento te tendrías que haber ido. Y para mi no te fuiste nunca. Estás. Estás en cada momento. En cada lugar. En cada uno de nosotros. En ella. En Ellos, por qué no? No creo que puedan librarse tan fácilmente de vos, flaco. Estás en cada pibe humilde que nace. En cada embarazada que ahora puede cuidar un embarazo con los mismos derechos que todas. Estás en las manos gastadas de cada albañil que ahora puede llevar más que el pan a su casa. Estás en Ellas. Y en los que se fueron. Y en sus hijos. También en cada jubilado. Estás en todo el país. En los que te quieren. En los que te odian. En los que te deben. En los que te criticaron sin saber. En los que dependían de vos. En los que te enseñaron. Estás. Bien o mal. Estás. 
Creenos, y hacenos caso. Aprovechá. Descansá. Ya hiciste lo que tenías que hacer. Hiciste historia. Pero pará. No paraste antes, pará ahora. Confiá en ella. Confiá en nosotros. Que lo que conseguimos no se va a ir tan fácil. Las raíces son fuertes. El árbol está bien sostenido. No crecieron mil flores. Crecieron más de 7.000.000 y las vamos a seguir regando. Porque aunque vengan a pisarlas, las flores vuelven a crecer. La primavera, ahora, no se termina. 


A ellos les gusta mentir. La van a contar como quieren. Otros, la van a contar como más les guste. Algunos como les convenga. 


Pero acá estamos nosotros, los pibes. Para contarla como fue. Para contarles a los nuevos, cómo ese viejo del ojo desviado y de aspecto desalineado, vino a cambiar el país. Y cómo su Princesa no se volvió Bruja. Y cómo su Princesa sí se volvió Capitana. Y cómo, ella sola -no, sola no. Con nosotros y con ellos- nos guió y nos llevó por buen camino. Con obstáculos. Pero vamos a llegar a buen puerto, Néstor. Te lo prometo. 
Vos esperanos, que ya vamos a ir y te vamos a contar cómo van las cosas. Deciles que no desaparecieron. El día que desaparezcan va a desaparecer la memoria. Mientras tanto, dejá que desaparezca el olvido. Que así estamos bien.

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